sábado, 13 de julio de 2013

LA DERIVA DEMENCIAL DEL PANFLETO AS

Recuerdo que cuando era niño, mi padre compraba el otrora diario deportivo As, hoy convertido en un lamentable y vergonzoso panfleto. Recuerdo con nostalgia y emoción ese deber casi cristiano de mi padre cada día con el quiosco para comprar “el As”. Era una cita diaria obligada. El As, era una institución en mi casa, lo leía mi padre, mis tres hermanos mayores y hasta mi madre lo ojeaba. Yo, cómo era el pequeño, y por jerarquía familiar, lo leía el último, pero posiblemente lo disfrutaba más que nadie, porque al no haber nadie detrás de mí, podía dedicar todo el tiempo del mundo a devorar “el As”. “El As”, era uno más de la familia, querido y respetado por todos los miembros de la misma. Ahí, de niño, empezó mi pasión por la escritura, y por ende, por la literatura deportiva. De joven, quise hacer la carrera de Periodismo porque me apasionaba ese mundo, pero, al final, opté por el Derecho, por las leyes, y hasta hoy…. Nunca se me olvidarán los artículos insuperables de Manuel Sarmiento Birba (q.e.p.d.), una auténtica enciclopedia del fútbol, o aquellos artículos y columnas farragosas sobre temas administrativos, federativos, etc., firmados, creo, por Luis Arnaiz. Fue una época esplendorosa del As, que superaba en prestigio y en lectores al Marca.

Con el paso del tiempo el As se fue diluyendo como un azucarillo ante la pujanza impresionante del Marca, iniciada por Luis Infante-Bravo, a mediados de los ochenta, creo. En mi familia, nos pasamos al Marca, cambio comandado, de nuevo, por mi querido padre. El As, quedó entonces como un periódico menor, prácticamente ninguneado y arrinconado por el Marca, reducido a la mínima expresión periodística. Hasta que llegó el desembarco de PRISA (y corriendo) y con ello su integración en el citado Grupo, con el que remontó algo con el paso del tiempo, pero siempre a la sombra del Marca. En este escenario ha permanecido el citado diario As con altibajos y sin sobresaltos, pero no consiguiendo nunca remontar de manera rotunda. Y entonces, hace tres años, llegó un señor llamado José Mourinho al Real Madrid.

Con la llegada del anteriormente citado, aquel diario simpático de mi niñez, “el As”, aquella “institución familiar”, aquel, entonces periódico, de obligado culto en mis tiempos infantiles y juveniles, dio paso a una suerte de tortura para los sentidos, para la inteligencia y para el raciocinio intelectual, acrecentada con la llegada del inefable, Alfredo Relaño.

La transformación lamentable de este, en su momento, prestigioso y respetado diario deportivo, dio paso al “periódico” más sucio, más carente de rigor profesional, más barriobajero y más abyecto que cualquier lector ha podido llevarse a las manos en su vida, llegando a una suerte de bandolerismo periodístico. Los bandoleros del periodismo. La auténtica mierda del periodismo.

La campaña asquerosa, nauseabunda, chabacana, grosera, rastrera y difamatoria contra José Mourinho debería enseñarse en todas las Facultades de Periodismo de lo que no se debe hacer en Periodismo. El acoso constante, el agobio contra un ser humano (no lo olvidemos) de esa basura infecta llamada AS ya, por desgracia, ha pasado a los anales de lo más abyecto del periodismo no solo nacional, sino internacional. Al margen de las bondades o defectos del señor Mourinho como entrenador, no se puede maltratar impunemente a una persona de la forma que lo han hecho en el mentado panfleto. Porque una cosa es la crítica contra un deportista, un profesional del fútbol, aunque fuera destructiva la misma, y otra muy distinta es entrar en los ataques personales (recordemos el seguimiento en el campo del Canillas a Mourinho para ver entrenar a su hijo, vulnerando su intimidad como padre de familia), en la denigración de un ser humano. El desquiciamiento, la obsesión y la fijación patológica de este panfleto contra Mourinho ha sido absolutamente demencial. De Psiquiátrico. Ha sido una maldad y una crueldad sin límites, rayanas en la histeria colectiva de ese mal llamado periódico. Una suerte de tortura psicológica es lo que ha tenido que soportar este hombre íntegro donde los haya. Jamás entenderé ese odio enfermizo contra el señor Mourinho.

Como entendido en Leyes que me considero, si Mourinho hubiera llevado esto por la vía judicial penal (maltrato psicológico, sí, aunque parezca mentira, injurias, calumnias, vejaciones injustas de carácter grave o leve), y/o civil (vulneración del derecho a la intimidad, daños morales, etc.), Mourinho, hubiera marcado un hito para parar los pies al periodismo amarillo y amarillista, posiblemente, delictivo. Hubiera abierto los ojos a todos los que hubieran podido considerarse ofendidos y lesionados en sus derechos básicos tanto como trabajadores y profesionales, como en sus derechos personales como ciudadanos. A nadie escapa, que ciertos comportamientos del panfleto As, podrían haber sido perfectamente tipificados como delitos o ilícitos civiles. Hasta en eso, fue generoso Mourinho, no utilizando las citadas vías judiciales.

Que un “diario” deportivo recurra a estas artimañas y maldades en pos de la humillación y denigración de una persona, es algo inaudito en el mundo del periodismo. Si al menos, esa agresividad tan llamativa e hiriente, lo hubiera sido por aspectos personales que desconocemos, todavía, quizás, se hubiera podido comprender, aunque nunca aprobar. Lo triste, es que no había motivos para atacar de esa manera vergonzosa e inmisericorde al mejor entrenador del mundo. Esa impunidad jamás cerrará la herida con EL MADRIDISMO AUTÉNTICO, EL DE VERDAD. Los motivos, los desconocemos. Quizás porque no les concediera entrevistas, quizás porque les ignorara, o porque no les dejara meter las narices en el club y en el vestuario, vaya usted a saber, el caso es que la campaña de acoso y derribo contra Mourinho del citado panfleto, ha dado con la marcha del mártir Mourinho. Y con ello, el perjuicio al Madrid que a día de hoy sigue sin entrenador. Eso es lo que debemos al panfleto de marras.

As y Marca, Marca y As, deberían pedir perdón, primero a José Mourinho y segundo, al Real Madrid y a sus aficionados. Sobre todo a esos aficionados que nos hemos significado en la defensa de José Mourinho y se nos ha insultado con vileza. Ya sé que no caerá esa breva pero, bueno, aquí lo dejo.
Lo último del panfleto As, y que entra de lleno en el surrealismo más absoluto, es que, al parecer, el tal Alejandro Elortegui, se dedica a “espiar” a todos los que formamos parte de la “Yihad Mourinhista”, como así, “cariñosamente”, nos llama el director del citado panfleto, el señor Relaño. Yo colaboro en este diario digital, elminuto7.com, desinteresadamente. No me pagan por ello. Ni a mí, ni mis compañeros, seguro. Pero, puedo decir muy alto, y hablo en mi nombre, que estoy muy orgulloso de formar parte de esta “Yihad”. Hemos abierto los ojos al madridismo dormido, al madridismo contemplativo, que nos ha entendido y ha apoyado en nuestras denuncias y reivindicaciones, todo ello para desenmascarar y dejar con las vergüenzas al aire a toda esa pléyade de periodistas serviles, amarillistas, carentes de rigor profesional, abrazafarolas, pelotas, macarras de barrio bajo y “amigos” del chuletón en Txistu. Si contribuimos a desenmascarar a toda esa bazofia del periodismo y a sacarles los colores, estaremos encantados de la vida. Estaremos haciendo bien nuestro trabajo.

Esos, los de “ese tipo de periodismo” se han creído que el periodismo deportivo eran ellos, que era su coto privado cerrado y su cortijo particular, para hacer y deshacer a su antojo, para mangonear y cometer sus tropelías en forma de artículos, columnas e informaciones tendenciosas y falsas y han pinchado en hueso, sobre todo cuando han visto con asombro y resignación, la aparición y el florecimiento en las redes sociales del madridismo underground, el madridismo subterráneo que está poniendo cara a todos estos denominados ”periodistas”. Somos gente culta, formada, instruida, sabemos escribir y rebatir con argumentos a esta caterva de juntaletras de tres al cuarto. Os agradecemos, panfletos As y Marca (los del Marca, son iguales, idénticos, a los del As, lo dicho para el As, vale para el Marca) que hayáis abierto esta nueva vía del periodismo decente, culto, riguroso, amateur y responsable. Vosotros, panfletos As y Marca, sois los artífices.

Debe saber el ínclito Elortegui, que su “seguimiento” como presunto espía de los que formamos esta bendita “Yihad”, puede entrar de lleno en el tipo penal. Si se demuestra que ese “seguimiento” o “espionaje” se está haciendo con “animus puniendi”, es decir, con intención dolosa o punitiva, auguro negros nubarrones judiciales al panfleto As y al mencionado Elortegui. Avisados quedáis. Estaremos vigilantes.

El resumen de todo este desvarío del As (y por ende, del Marca), es la pérdida masiva de lectores que le llevarán irremisiblemente al cierre o a la quiebra. Han jugado con fuego. Han retado al MADRIDISMO DE VERDAD y van a perder la batalla. De momento, la van perdiendo. Cada día, pierden más lectores, llegará el día en que nadie compre ese puñetero panfleto, As. Y ya no hay vuelta atrás. Todos los que han dejado de comprar el As y el Marca, no lo volverán a comprar nunca más. Ya no hay solución. Son lectores perdidos para siempre. Esa es vuestra penitencia.

Y ahora me dirijo directamente a vosotros, As y Marca: Os lo habéis ganado a pulso. Todavía quedará algún incauto e ingenuo que aún compre vuestros panfletos, pero cada vez serán menos. El día que cierre el As, al igual que el día que cierre el Marca (Marca tv, cierra sus emisiones en julio, al parecer), muchos lo celebraremos, muchos. Eso será señal de que la “Yihad” que vosotros, As y Marca, con vuestro asqueroso periodismo, hicistéis nacer, ha hecho las cosas bien. Esperaremos ansiosos ese día.

Algún día os acordaréis de todo el daño causado a una gran persona y un gran profesional como José Mourinho. Todo ese daño, toda esa crueldad, se volverá contra vosotros. Ya hace tiempo que se está volviendo contra vosotros. La misma fijación y obsesión que habéis tenido vosotros con Mourinho, es la misma que tenemos cientos de miles de madridistas contra vosotros (AS y Marca) para no comprar vuestros tebeos jamás. Nunca. Nuestra lucha es acabar con vuestros panfletos y ver con una indisimulada satisfacción cómo os vais a la quiebra y cerráis.

P.D.: Que sepa el redactor-jefe del panfleto As, Don Tomás Roncero, que no representa AL MADRIDISMO VIVO, AUTÉNTICO, AL DE VERDAD. A LOS MADRIDISTAS DE CORAZÓN.
¡¡¡TOMÁS RONCERO: NO NOS REPRESENTAS!!!














SIMPLEMENTE, DON ÁLVARO ARBELOA

Hacía tiempo que quería glosar la figura de este gran tipo. No voy a entrar a valorar las virtudes o defectos del Arbeloa futbolista. No. Voy a intentar acercarme y a describir al Arbeloa persona y merecedor de la capitanía del Madrid.

En el fútbol como en la vida hay gente que merece mucho la pena y gente que no la merece nada. Entre los primeros se halla, Don Álvaro Arbeloa, sí, con el Don por delante, porque es todo un señor, un caballero, un hombre íntegro que se viste por los pies.

Es un hecho palmario y evidente, que su enfrentamiento con Casillas, ha dejado a las claras cómo es uno y cómo es otro. Quién es uno y quién es otro. Casillas, es de los de sonrisa fácil, de los de las palmaditas en la espalda, de los políticamente correctos, de los que andan en misa y repicando, de los que ponen una vela a Dios y otra al Diablo. Todo esto se puede traducir en ambigüedad, hipocresía, falsedad, traición y cobardía…Un tipo opaco, pérfido, nada transparente, de los que no mira a los ojos…

Arbeloa, por el contrario, no es de sonrisa fácil, es serio, pero va de frente, se le ve venir, no es nada ambiguo, se le entiende perfectamente todo lo que dice y todo lo que hace. Es claro, limpio en su discurso, como el agua cristalina, es diáfano, es transparente, es creíble, en definitiva, es muy honesto en los hechos y en las formas. No tiene amigos periodistas, ni una corte mediática de indeseables que le ampare. Es un tipo callado, esforzado en su trabajo, él sabe que no es un crack, pero sí sabe que juega en el Real Madrid y eso, para él, es todo un privilegio y una bendición. Arbeloa sabe y cree que no está por encima del escudo, que no está por encima del club, es humilde. Es un currante del fútbol. Un chico de la cantera que un día salió del Madrid. Para volver. Y para ello, tuvo que hacer méritos, muchos méritos. En su momento el Madrid le dejó marchar y se buscó la vida, primero en el Dépor, donde se cuajó y luego en el Liverpool, donde destacó, lució y se hizo un nombre internacional. Y entonces, el Madrid le rescató. Tuvo mejores ofertas por las que podía haber rechazado al Madrid, pero aún por menos dinero, prefirió volver a casa. A su casa. Arbeloa ama al Real Madrid. Para él es un premio y una consagración lucir la camiseta del Madrid y defender ese grandioso escudo. Por eso, es disciplinado, comprensivo y justo. Cuando no juega, calla, obedece y no monta numeritos ni murmura a las espaldas de su entrenador, poniéndole a parir, y arrastrando a otros compañeros en sus derivas y lamentos. Tampoco se queja a sus amigos periodistas, sencillamente porque no los tiene. No tiene prensa. Aguanta en silencio. Piensa que ya vendrán tiempos mejores y volverá a jugar.
Arbeloa es amigo de sus amigos, pero no es enemigo de sus compañeros de equipo, ni de los que no son sus amigos de verdad. Si tiene que defender a un compañero o a su entrenador, lo hace a muerte, aunque le vaya la vida en ello. Se pelea con quién haga falta. Es el compañero ideal porque sabes que nunca te fallará y jamás te traicionará. Es objetivo y reflexivo y por eso sabe que es justo. Por eso se enfrenta a quién haya que enfrentarse porque sabe que tiene la verdad de su parte. Discute y rebate con argumentos. Con razones. Su defensa a José Mourinho será recordada siempre por el madridismo fetén, por cómo un chico humilde de club y poco reconocido, sin amigos periodistas, ni prensa afín, dió la cara y la puso literalmente por la de su entrenador, para que se la partieran entre la escoria mediática e incluso, algunos de sus propios compañeros, tanto en el Madrid como en la selección. Su gallardía, dignidad y valor han dejado huella en este club. Humilde como muchos y GRANDE como pocos. Mourinho se partió la cara por el Madrid y se la destrozaron. Arbeloa se la partió por su entrenador y se la han intentado destrozar. Pero no han podido. Ahí sigue. Mal que le pese al “capitán” y a muchos de sus coriáceos y correligionarios.

Para Arbeloa hubiera sido mucho más fácil callarse o incluso haberse puesto de parte de los “asesinos mediáticos” de Mourinho, tal y cómo hizo su compañero Pepe. Nadar a favor de corriente. He ahí la diferencia entre uno y otros. Entre Arbeloa y Pepe. Entre Arbeloa y Ramos. Y entre Arbeloa y el llamado “capitán”. Arbeloa fue a muerte a defender a su entrenador, que estaba siendo injustamente vilipendiado, humillado, insultado, vejado y destrozado. Se puso del lado del que lo merecía. Del débil. Del maltratado. Del justo. Y lo hizo, contra todos. Contra un ejército de juntaletras y plumillas indeseables y contra los traidores de su propio equipo. Estaba en el bando perdedor. Pero ha salido muy fortalecido. Y eso lo sabe el ” capitán” y su séquito, que es una autoridad en el vestuario y el que se salga de los renglones del compañerismo, de la honestidad, del respeto y de la humildad, se las tendrá que ver con él. Es un líder.

En el Madrid, históricamente, han habido muchos capitanes con carisma, liderazgo, respeto, capacidad y sacrificio. Los Di Stéfano, Gento, Pirri, Benito, Amancio, Miguel Ángel, Camacho, Santillana, Juanito, Raúl, han sido gente, símbolos del Madrid y del madridismo, que han merecido esa capitanía y ese liderazgo de sobra. Por méritos y madridismo. Y en esa historia de los capitanes del Madrid jamás hubo ningún capitán que enfrentara a compañeros entre sí, que se enfrentara de manera pública, notoria e injusta a su entrenador, ni que se creyera estar por encima del club. Ni tampoco que no fuera capaz de defender a uno de sus compañeros cuando acudiera a la selección como hizo Casillas con Arbeloa cuando los jugadores del Barcelona la emprendieron contra Arbeloa a embestida limpia. Casillas calló. Y otorgó. Casillas, es con diferencia, el peor capitán de la historia del Madrid. Tenemos la enorme desgracia de tener el capitán que tenemos. El más indigno de la historia del Madrid. Arbeloa, por el contrario, merece de largo ser el capitán del Madrid. Por hechos objetivos, por demostrar con creces, lo que es ejercer la capitanía sin tenerla, “luciéndola” con porte, gallardía, respeto, sensatez, valentía y dignidad. Por eso pedimos a gritos, cientos de miles de madridistas en todo el mundo, que Arbeloa sea capitán del Madrid. Por justicia.

Arbeloa, se merece el reconocimiento del MADRIDISMO AUTÉNTICO, DEL MADRIDISMO DE VERDAD, no por el del “señorío de las pipas”. Se lo merece por méritos propios, por su madridismo a flor de piel, por su inquebrantable honestidad, por su transparencia, por su compañerismo, por sus valores “espartanos” de rectitud e integridad, por su intachable dignidad. Es el reconocimiento, la admiración y el respeto del MADRIDISMO DIGNO, JUSTO Y VERDADERO. Se lo debemos. DON ALVARO ARBELOA, encarna los auténticos valores de ese madridismo eterno e intemporal. No los del “señorío” hueco y vacío que tanto daño ha hecho al Madrid. Ese “señorío de las pipas”, cuyo máximo estandarte y exponente es el señor Casillas.

DON ÁLVARO ARBELOA: en mi nombre y en el de cientos de miles de madridistas, mi consideración, mi respeto y mi admiración. Gracias por ser cómo eres. Nunca cambies.