martes, 24 de septiembre de 2013

DON SANTIAGO BERNABÉU Y EL FALSO SEÑORÍO

Don Santiago Bernabeu fue jugador, entrenador, directivo y presidente del Madrid. Lo fue todo en el Madrid. Era tremendamente carismático, vital, jovial, campechano, dicharachero, con un negro y cortante sentido del humor. Tenía una personalidad arrolladora. En ocasiones era arisco y seco, pero siempre tenía un lenguaje limpio, directo, franco y honesto. Se le entendía todo lo que decía y cómo lo decía. Como tiene que ser. Sus mensajes eran directos, contundentes y no daban nunca lugar a segundas lecturas. Era políticamente incorrecto, poco amigo de las palmaditas en la espalda, odiaba la hipocresía, amaba la verdad. la justicia y la rectitud. Sus brusquedades verbales eran bien temidas, sus “santiaguinas” se hicieron famosas cuando tenía que echar una bronca a alguien, ya fuera un jugador, un entrenador o un directivo, pero luego era un pedazo de pan, un hombre afable, íntegro, quien le conocía de verdad, decía que era un padre para todos, para jugadores, para entrenadores, para directivos y hasta para el último empleado del Madrid. Tenía unos principios y unos valores inquebrantables. A pesar de su apariencia tosca y ruda era un hombre con una envidiable formación jurídica. Era Abogado.

Como Presidente del Madrid fue un gestor excepcional, el mejor Presidente de la historia del fútbol mundial. Fue un adelantado a su tiempo. Bernabeu era el Madrid y viceversa. Él en los despachos y Di Stéfano en el campo, conformaron y construyeron el MEJOR EQUIPO DE LA HISTORIA. Solo con ver la Sala de Trofeos, para envidia de muchos, sobran los comentarios.
Cuando falleció en 1978, nadie podía concebir un Madrid sin Don Santiago, pero el Madrid siguió su camino sin él. Con el tiempo, y dados los vaivenes que el Madrid ha tenido en su reciente historia, a muchos madridistas, les ha dado por evocar la figura de nuestro grandioso y glorioso presidente, en nombre de unos valores que, presuntamente, él encarnaba.

Pues bien, habría que preguntarse que pasaría si Don Santiago Bernabeu resucitara y oyera eso de los “piperos” en el Madrid. Lo primero que preguntaría sería: “Y esos, ¿Quiénes son?, ¿Una Peña del Madrid?, ¿Son muchos o son pocos?, ¿Por qué se les llama así?, ¿Dónde se ubican en el campo? etc.
Si se le respondiera satisfaciendo su curiosidad y diciendo quiénes y cómo son realmente estos individuos que se hacen llamar madridistas, Don Santiago, caería fulminado en el acto y volvería a morir. Del susto y de la pena. E incluso de la vergüenza.

No hace falta que yo aquí en este humilde artículo, defina a estos “madridistas”, indicando sus penosas señas de identidad porque ya son de sobra conocidas. No obstante, por si algún incauto aún no lo sabe y lee esto, lo recordaré brevemente:

El pipero madridista es el típico socio/abonado (o simpatizante) del Real Madrid que acude al Bernabeu a consumir compulsivamente su bolsa de kilo de “pipas” en vez de animar y apoyar al Club hasta el final.

Normalmente, después de lograr un gol decisivo que nos dé la victoria final, seguirá pelando pipas sin apenas mostrar un mínimo atisbo de alegría o emoción, como si con ellos no fuera el tema.



















Otra de las grandes señas de identidad de estos “madridistas” es el de abandonar el estadio a partir del minuto 80, sea cual sea el marcador, da igual que el Madrid vaya perdiendo o empatando y hubiera que animar para remontar, da igual, la excusa es que así se ahorran las colas para salir y, por supuesto, no pillan el atasco de vuelta a casa; en fin….
El pipero tiene como norma castigar con su frialdad e indiferencia al equipo casi de manera constante e hiriente porque ellos creen que ya lo han visto todo en ese estadio, creen que ellos están por encima del bien y del mal. El compromiso del pipero con el Madrid se resume en el silencio, o en el murmullo cuando el partido se pone feo e incluso en el silbar e insultar a quien sea merecedor de dicho “castigo”. La justificación para ello, es, según ellos, el pago anual de su abono o cuota de socio que les da derecho a protestar, silbar, pitar e insultar a ”quién se lo merezca”. Por el contrario, lo de animar incondicionalmente al equipo, es cosa de otros, de los ultras o de las peñas de provincias que vienen de fuera a ver al Madrid.

En el manual del buen pipero no pueden faltar sus referencias a ese fantasmagórico pasado al que siempre recurren, recordando bucólicamente lo que era el Madrid de Don Santiago Bernabeu, martilleando una y otra vez sobre la pérdida de “aquellos gloriosos valores”, de “aquel señorío eterno” y cómo no, de la cantera, de nuestra gloriosa cantera. Últimamente también han añadido el recurso a la españolidad como piedra angular del Madrid idílico y celestial. El Madrid del señorío.

El pipero por excelencia lee la prensa deportiva, sobre todo el AS-co y el MARCA-ca, y escucha los programas radiofónicos con asiduidad y voracidad, de tal manera que toda la desinformación procedente DE LA ESCORIA MEDIÁTICA es inoculada a todas horas en el cerebro de nuestros queridos piperos. Una vez abducidos por LA ESCORIA MEDIÁTICA, asimilan el mensaje, convirtiendo la desinformación recibida, en dogma de fe para el Madrid, repitiéndolo hasta la saciedad, de tal manera que consiguen crear un estado de opinión contra entrenadores y jugadores, sucediendo que si no son del agrado de estos singulares “juzgadores”, son sentenciados injustamente mediante juicios sumarísimos a la ejecución piperil sin derecho a réplica. Estos entrenadores o jugadores apenas podrán demostrar su valía, y acabarán asqueados y deprimidos tanto por el fondo como por las formas en que este perverso tribunal “madridista” imparte justicia.

En definitiva, el piperío es la masa aborregada a la que la prensa ha conseguido manipular, suelen carecer de opinión propia y tienen unos conocimientos de futbol bastante limitados y son de un bajo nivel intelectual.

Bien, después de haber trazado esta semblanza de la vida, logros, venturas y desventuras del madridismo pipero, nos queda saber cómo reaccionaría y cómo actuaría Don Santiago para con estos “madridistas” una vez que, resucitado, hubiera sabido cómo se las gastan los susodichos…

Me imagino a Don Santiago rumiando, mascullando y jurando en hebreo contra la ignomini
osa y nauseabunda prensa deportiva y contra todo el indecente rebaño de piperos, mandándoles a todos, a tomar por donde la espalda pierde su casto nombre. Don Santiago era así, franco, directo, sin medias tintas, decía las cosas tal y como las sentía, y las decía a la cara. Nunca engañaba nadie con ese tono tosco, brusco, autoritario pero siempre honesto, transparente y sincero.

¿Qué por qué digo que les mandaría ahí?, muy simple. Y seamos claros de una puñetera vez. Don Santiago era la antítesis del señorío, de los supuestos “valores” imaginarios que ese segmento del madridismo pestilente, dicen que él encarnaba y que siempre tienen en la boca para ir jactándose de algo que no existió, y que solo existe en su imaginación. Hay cientos de pruebas y documentos gráficos y sonoros de que a Don Santiago, el puto señorío, se la traía fresca y floja.

Solamente, y a modo de ejemplo, he podido reunir estas frases grandiosas de nuestro patriarca que desmontan la mítica y falsa encarnación del señorío de Don Santiago y que darían pie a unas cuantas y auténticas clases de MADRIDISMO DE VERDAD. Estos son algunos ejemplos:

“No hay jugadores jóvenes y viejos. Hay buenos y malos”

“Me gusta Cataluña a pesar de los catalanes”

“Dicen que el Madrid es el equipo de los ricos, cuando la verdad es que la base está entre aquellos que construyeron el estadio. De los primeros cuarenta mil socios, aristócratas habrá veinte. El Real Madrid es un club absolutamente popular. Quizá el más popular del mundo. Son los títulos los que le han hecho señor”

“Si criticara al Madrid se me caería la cara de vergüenza”

“¿El equipo del régimen? Lo que han hecho los gobiernos de Franco es explotarnos y nunca nos han dado ni cinco céntimos”

“En el fútbol, el público se cansa de sus grandes figuras antes que éstas empiecen a fallar”

“Al ser España un país de envidiosos, todos nuestros males vienen de haber sido tantas veces campeones.”

“Seré el segundo en felicitar al Barcelona si es campeón; el primero será un “pelota”.

“Tenía un amigo catalán, cuyo defecto era el de ser jugador del Barcelona y, además, por si fuera poco, profesaba como catalán”

“Al jugador se le mide sólo por el dinero”

“Si el fútbol sigue el camino que lleva ahora, en España el fútbol acabará mal. Es más, si el fútbol existiera sólo en España, ya habría muerto.”

“Yo siempre he sabido que voy a terminar mal. ¿A quién quieren los españoles?. Recuerdo que JacintoBenavente entraba en un café y la gente no decía ahí llega este genio, este Premio Nóbel, sino que decían “este que entra es un marica”. ¿Que por qué aguanto?. Porque pienso que la situación es tan difícil que hay que dar la cara. Pero la situación en todo, que conste”













Aquí dejo un vídeo de cómo se sentía Bernabeu cuando se consideraba perjudicado por una actuación arbitral:
http://www.youtube.com/watch?v=wLZK7rqwgXc
 
Después de haber leído y releído estas expresiones de Don Santiago, ¿Algún pipero me puede decir dónde encuentra el tan cacareado señorío de Bernabéu? No debemos confundir las cosas. Bernabeu era un señor de los pies a la cabeza, pero le importaba una mierda el señorío. Si tenía que meterse con los árbitros, lo hacía, si tenía que meterse con los federativos lo hacía, si tenía que meterse con la UEFA, lo hacía, si tenía que meterse con el Barcelona, lo hacía encantado. Se metió hasta con los distintos Gobiernos de Franco que solo utilizaron al Madrid para beneficio del régimen.

¿Algún ingenuo se cree que iba a quedarse sentado poniendo la otra mejilla mientras al Madrid le inflaban a hostias?, jamás, nunca lo hizo, defendió y luchó por el Madrid con uñas y dientes. Si tenía que pegarse contra todos, se pegaba. De manera figurada, obviamente. El último personaje más parecido, en el fondo y en las formas, a Bernabeu, que ha pasado por el Madrid, tenía nombre y apellidos: Don José Mourinho. Sin duda, un alumno aventajado de Don Santiago….Que razón tenía Don José cuando acertó a decir aquello de que “el Madrid está lleno de madridistas disfrazados”. Ni Bernabeu lo hubiera dicho mejor….Si viviera aún, ese señor llamado Mourinho seguiría en el Madrid, y ese otro que se llama Casillas hace tiempo que no estaría….

El perverso concepto de señorío ha hecho mucho daño al Madrid históricamente. Fue un invento de ese turbio segmento de “madridistas” que abogaban por no contestar a los insultos, a las provocaciones, a los menosprecios, y a las agresiones en las formas y en los hechos, verbales y no verbales, de los distintos estamentos futbolísticos, ya fueran jugadores, entrenadores, o presidentes rivales u organismos varios, árbitros, Federación, UEFA, etc. Siguiendo el espíritu del himno, ese que dice ”Cuando pierden dan la mano, sin envidias, ni rencores”, pues había que transigir, ser unos caballeros y aguantar carros y carretas. El himno es muy bonito, pero la realidad era y es muy distinta. Si nos escupían, avasallaban e insultaban, etc, había que poner la otra mejilla, no contestar. Sonreír. La política de gestos. Eso es el señorío que evocan los piperos. Su puto señorío. Don Santiago Bernabeu, no se dejaba avasallar ni atropellar por nadie y ponía firme al más pintado. Y si tenía que ser grosero y maleducado con quien fuera, lo era. Ya está bien de tanta mentira y tanto falso señorío que pregonan los piperos y madridistas perniciosos. Por culpa de ese falso señorío, nos han dado por todos los lados, por delante y por detrás, por la izquierda y por la derecha. LOS MADRIDISTAS DE VERDAD, LOS AUTÉNTICOS tenemos la piel llena de cicatrices, llena de jirones, de tantas cuchilladas que nos han dado y la cara la tenemos destrozada, como un cromo… A la mierda el señorío que nunca existió.

Pues bien, estos “madridistas de pacotilla”, los piperos, son los herederos del señorío imaginario. Del falso señorío. Don Santiago se hubiera comido a bocados a todos estos “madridistas”. Era el antagonismo al señorío. Hay que desterrar del Madrid a esta casta de falsos madridistas que lo único que hacen es enturbiar, emponzoñar y ensuciar la vida del Madrid. El MADRIDISMO AUTÉNTICO les tiene que callar en el campo, empequeñecerlos, arrinconarlos, hasta que se harten. Y fuera del campo, hay que seguir haciendo campaña en los medios, en las redes sociales contra esta lacra del Madrid.

Igualmente, sigo pidiendo desde estas humildes líneas que continúe el boicot a LA ESCORIA MEDIÁTICA, a toda esa pléyade de medios antimadridistas que lo único que buscan es el daño al Madrid. Que saquen sus sucias manos del Madrid, y que dejen de intervenir en el club. Y que todos esos MADRIDISTAS DE VERDAD continúen sin comprar un periódico de los panfletos madrileños MARCA-ca y AS-co.

Para finalizar, solo diré que si Don Santiago Bernabeu, resucitado, se topara en estos tiempos con algún “madridista” de estos, con un pipero de los mencionados, de esos que silban, pitan e insultan a algún jugador o entrenador porque sí, o se duermen lánguidamente en su localidad comiendo pipas sin animar al equipo, le espetaría tal cual, literalmente: ¡¡¡Vaya usted a tomar por culo y no vuelva a aparecer por el campo!!!

Ese era el verdadero señorío de Don Santiago Bernabeu. El de llamar a las cosas por su nombre.









3 comentarios:

  1. Don Santiago Bernabeu, recuerda a Mou, en muchos aspectos

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  2. Yo tenía 16 años cuando murió Santiago Bernabéu, y recuerdo algunas de las cosas que se dicen en el artículo. Era sincero a más no poder, y no se casaba con nadie. Estoy de acuerdo en que no hubiera permitido tanto insulto y humillación al club, y que, de haber estado él, José Mourinho habría continuado como técnico. A él se le iban a subir a las barbas esta pandilla de indeseables...

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  3. Me gustaba su honradez revestida a veces de cierta tosquedad.

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